PALOMA PELAEZ BRAVO |
Doctora en Bellas Artes UCM |
VITA: 3º PROYECTO (Albarracín 2010) |
La teatralidad de las naturalezas muertas, de los bodegones, es el resultado de yuxtaponer, situar unir <<dentro de un espacio protegido>>. John Berger.
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El bodegón ante el natural deja de ser Naturaleza muerta para convertirse en Naturaleza viva: un espacio que se traslada a las circunstancias de nuestra cotidianidad. Para estos bodegones - que os presento ante un jardín- mi cotidianidad se ha visto imbuida de objetos cercanos al juego, al ocio, llenos de color y de música infantil. Dichos trabajos forman parte de los trabajos didácticos realizados para el curso de pintura: Naturaleza muerta y paisaje. Integración e dos géneros, organizado en la Fundación Santamaría de Albarracín (Julio 2010). Debo señalar que en el proceso pictórico de estos elementos, lo concreto dejó de tener importancia, ofreciéndose ante mis ojos otra realidad, una realidad descompuesta, casi abstracta, una realidad subjetiva plagada de emociones; una realidad regida por los contrastes cromáticos y contrastes valóricos, por el mundo de las formas, por el lenguaje los ornamentos, del gesto y la materia. De esta forma lo inanimado pasó a ser animado, las formas se mimetizaron con el lugar; se convirtieron en sensación, en esencia misma del hecho de pintar, de la pintura como gesto y como reconocimiento de lo que soy. Es precisamente esta yuxtaposición con el paisaje, la que me hace hablar y sentir la Naturaleza muerta como Naturaleza viva en el espacio pictórico. Un espacio que presenta y representa las cosas tal como son, estableciéndose una correspondencia con la vida real, con el movimiento vivo y dinámico de los cambios atmosféricos, entre los momentos del día y los objetos. Así lo siento yo.
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“NATURALEZA MUERTA—NATURALEZA VIVA” Bodegón ante el natural |